redactorjosé lópez



martes, 5 de octubre de 2010

Peano, Peano, se llega lontano...


Es director en Red Surcos Santo Tome, Angélica, San Francisco, algo así como una formuladora y distribuidora de agroquímicos. Hace 16 años que simula trabajar en la empresa y 16 años que anda en la calle (ahí está la madre del borrego), la que dice que le ha enseñado mucho, sobre todo a discernir entre las personas buenas y malas (tipo leido), mejor dicho desde que me recibí de Ingeniero Agrónomo (¡eran pocos y parió la abuela!). Desde el 30 de agosto de 2008 que empezó con el aeromodelismo, era un trauma que arrastraba de chico y por fin se le hizo carne el deseo. Recuerda que visitando a su abuela en San Justo, que vivía enfrente del aeroclub, se pasaba horas de punta (y hacha), mirando volar los modelos que imaginaba algo inalcanzable, para el bolsillo por supuesto. (mientras no te de por las modelos..). Pero hete aquí que un amigo lo lleva a Pilar, ese tal Federico Kaiser, y allí dice que desde el primer día “le hicieron sentir” (¡eeepa!) como en su casa y se enganchó. Confiesa que cada vez le gusta más, pero sobre todo el grupo humano, la calidad de gente, que trabaja en distinto lugares, dueños de empresas, de campos, empleados, gerentes y todos son iguales. No hay diferencia alguna para con nadie y eso hoy en día es raro de ver y es lo que más le conforma. Todos los fines de semana dice experimentar algo interesante y distinto, se caga mucho de risa con el “Negro” (otro que Albornoz no es seguro) y sus caras, con las cargadas de Juan Manuel para con su hija (el desgraciado le dice suegro, ¡y el ingeniero lo amenaza con que lo va a balear!). Los cuentos malos y buenos de Miguel Governo que ya contó unas 10.000 veces, por ejemplo ese de cuando venía del corso de Sarmiento en un carrito tirado por una moto, y a la salida del pueblo el carrito se soltó y se pelaron hasta los ojos. Es insoportable, lo digo a título personal alguien así, pero Marcelo se muere a carcajadas como todos cada vez que lo cuenta. El hombre tiene una anécdota y es de cuando apenas empezó a volar y no sabía ni tener el modelo en el aire, e igual se escapó con el “Fredy” Kaiser a la ruta de Empalme San Carlos, pese a las advertencias del Master “Negro” Claudio. Pero eran muy grandes las ganas de volar que tenía, el tipo y allá fueron los insurrectos e indomables pilotos. Dice que despegó bien pero lo aterrizó de punta en el asfalto y lo destruyó, lo que como parte de prueba es de una sinceridad desopilante. Todo un tema fue decirle al “Negrazo” Albor el cagadón que se habían mandado y bueno, el Profe hasta el día de hoy les recuerda la cara de mate lavado cuando golpeó su puerta, esa misma noche, para decirle, ¡lo hice bosta!. Pero el “máximo” ya los había junado por la ventana y de solo verles la jeta pensó que venía a cambiarse el pañal descartable. (Acá dejo de interpretar a mi gusto y placer, porque lo que hago no está bien por tratarse de alguien que no conozco, pero es como si fuera un hermano de leche, jjaa) // Creo que en este “metié” (no es me tiré), nunca se termina de aprender, día a día vamos mejorando (buenooo), pero no hay algo que diga esto es lo máximo y hasta aquí llegué (esto es Borges). Aprender a tener el modelo en el aire, aterrizar y despegar, creo que lo logré en unos 4-6 meses, y después de un montón de piñas y emparchadas. Actualmente tengo tres modelos en funcionamiento, un Avistar (entrenador), un Skyleader 40 y un Skyleader 60. Tengo muchas ganas de tener otro, no se cuál pero, esto para mi aparte de un gusto, un vicio sano, sano si no rompes los aparatos, jajaja (risa sarcástica). Mi familia me acompaña y sobre todo mi mujer (pobre, no le queda otra), creo que no hubo días que haya faltado al club, ella ceba mates, se encarga de la merienda, lleva masitas, torta, algo para tomar, mates en invierno y en verano ¡porrones!, jugo, vino, etc, etc. Aprovecho para agradecer primero al Negro Albornoz (esto es joda), que me enseñó el arte de volar, a mi mujer por apoyar y aguantar todas mis locuras y al resto simplemente por aguantar mis dichos y boludeces. (Lo habrá dicho sin ponerse colorado, si es así, en algo es sincero este tipo y hay que darle un gorrión de chocolate). Estos son sus dichos recopilados (tiene más chistes que Corona): “Confiate del indio y te come el caballo”, “Qué tierral, dijo la Chabela e iba en lancha”, “¡Ayy, caliente como una pipa!”, “Escuchá qué música, me pongo monono”, “No le saquen la lengua al diabloo”, “Aspero como talón de grillo”, “Y.., es a causa del efecto calandria”, “Y..sabe que l agua no se masca”, Uhh, atravesau como culo de iguana”, “El que no estudea no se beneficia”, “No es normal como nostros”, “Mirá que nos vamos a abrazar y no va a ser para saludarnos”, “Encarale como chivo al espejo”, “Difícil que el pato cague duro”, “Empacau como zorrino arriba de la vía”, Lleve, lleve dijo Ayala y le llevaron la mujer”, “¡Momento Padre, la novia es maacho!, “Y si pasa la trompa pasa la cola, dijo el Piri y dejó las cuatro manijas del Valiant en el guarda ganado”, “¡Fede..bajá..no vayas tan alto que le estás rascando las bolas a los marcianos..!”, “Jaj, mirálo al Claudio en el tractorcito, parece un mono atado de las verijas!”, “Es hediondo como caca de mono”, “No, va fácil como hachazo en penca”, “Disculpá la letra dijo el Piri, y escribía a máquina”. Maestro en el humor sigue con sus reflexiones catedráticas, casi un Moisés de las tablas esenciales, se despide Marcelo Peano: Quiero decirles a todas aquellas personas que quieran volar, que lo hagan. No es caro ni difícil, sino nosotros nunca hubiésemos aprendido. No importa la edad, lo único son las ganas de hacerlo y si encima hallas un grupo como el nuestro, tal cual me pasó a mi ya nunca dejarás de ir.

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